Domingo a puro GOOOL!!!

En un domingo a puro futbol, el defe no pudo con la Lepra mendocina, y solo le alcanzó para rescatar el empate en el último minuto.

El equipo de Varela, que venía golpeado de la fecha anterior por la derrota en Tucumán, tenía la obligación con su público de ganar, pero no supo aprovechar la localía y el aliento de su hinchada.

En un partido en que se convirtío más de lo que se jugó, el Defe empezó abajo a los 10 minutos del arranque,cuando el jugador Caballero de Independiente Rivadavia abrió el marcador con un pase a la red.

A los 20 minutos el equipo local estableció el empate, con un polémico penal sancionado por el arbitro, y Juan Martin, en un potente remate directo al arco, estableció la igualdad, depertando al Gigante de Varela, pero dos minutos despues un cabezazo del central Loeschbor silenció a toda la hinchada del Halcón poniendo en ventaja nuevamente a la Lepra mendocina.

El Defe se tuvo que ir entonces, con gusto a poco al descanso.

Con dos cambios realizados en el entretiempo, el entrenador Almiron se jugo a todo o nada enviando a la cancha al Pato Perez (ex jugador de Velez), y a Bustos, pero, lamentablemente, los cambios no daban resultados e Independiente logró extender su ventaja mediante Ferradas, que en una increible maniobra en el area logró sacar un remate inatajable para el arquero. Pero a puro empuje, surgió el descuento por parte del jugador de Varela Bueno. Mas tarde, un centro pasado donde el platinado Garnier logro empujarla, y aunque los esfuerzos por sacarla del arquero visitantes fueron muchos, el árbitro le dió la anotación al equipo logrando el empate.

Minutos mas tarde, un agarrón en el área de parte de Flogia, dejó al equipo local con un jugador menos y con la posibilidad de que Independiente pasara al frente nuevamente desde los doce pasos. El encargado de que patearlo fue De la Vega, quien ni titubeo y logro mandar la pelota a la red.

Pero a puro huevo, el equipo de Varela no se dió por vencido, y cuando todos creían que sería una derrota, Bueno con un milagroso cabezazo al primer palo, estableció la igualdad y la alegría para los Halcones.